Profesionales del derecho que aprobaron el curso de aspirantes a secretarios judiciales de Formosa recibieron sus respectivos diplomas durante un acto llevado a cabo en la sede de la Escuela Judicial que funciona en el sexto piso del Edificio de Tribunales.

Se trata de la sexta promoción de aspirantes a secretarios judiciales que, en esta ocasión, estuvo conformada por un total de 75 abogados cursantes que aprobaron los exámenes finales realizados en el mes de diciembre del año pasado.

El acto académico de clausura del curso contó con la presencia del presidente del Superior Tribunal, Ariel Gustavo Coll, y los ministros Héctor Tievas y Eduardo Manuel Hang (coordinador de la Escuela Judicial), además de magistrados, funcionarios y empleados judiciales e invitados especiales de la República del Paraguay.

Este sistema de entrenamiento -ejemplo y modelo en el país- lleva más de quince años de vigencia en el Poder Judicial de Formosa y está destinado a profesionales que aspiran a ser secretarios de primera instancia en la justicia provincial.

Desde la implementación del sistema, el Superior Tribunal de Justicia viene cumpliendo estrictamente con el mecanismo de designación, al asignar los cargos vacantes de secretario de primera instancia a los profesionales que realizaron y aprobaron este curso; siendo este un requisito excluyente para dicha nominación.

Sentido práctico para el sistema judicial

Al hablar en el acto, el ministro del Superior Tribunal Eduardo Hang se refirió a la asistencia inesperada que tuvo el curso que pareció exceder las posibilidades del Poder Judicial, pero que en realidad dio una alerta sobre la necesidad de los jóvenes profesionales de no caer en la “inmovilidad intelectual y mejorar esa condición, como requisito necesario para su desempeño dentro del sistema judicial”.

El magistrado sostuvo que el sistema judicial no es propiedad ni de los jueces, ni de los funcionarios ni de los letrados. “El obrero, el empresario, el empleado, el comerciante, el consumidor y el vecino son los destinatarios de nuestra labor y por eso vienen a nosotros, en busca de respeto a lo que ellos entienden es su derecho”, enfatizó.

En tal sentido, recordó al jurista chileno Monoa Monreal, al afirmar que el derecho más que una ciencia es una manera de resolver conflictos en el seno social.

En virtud de esto, dijo que se trató de dar al curso un cariz práctico que prepare al abogado para una futura carrera judicial y pueda ayudar al letrado en su ejercicio profesional. “Ese es nuestro interés, facilitar el desenvolvimiento de los actores procesales y con ello favorecer el desarrollo del sistema”, remarcó.

Recodó además que la responsabilidad del sistema judicial es grande y muchas veces no es comprendida, recordando a su vez que nuestro país tomó el sistema constitucional de Estados Unidos. “No somos meros administradores de Justicia, nos constituimos en un verdadero poder Estatal a diferencia del sistema continental europeo que aparece como mero administrador de la ley”, señaló Hang.

También aludió a la responsabilidad por el poder otorgado y dijo que cada juez y los que lo asisten en su trabajo tienen que actuar con ésta mira esencial. “Los límites del poder conferido no deben ser traspasados pero no pueden ser renunciados; el equilibrio es difícil, sobre todo en esa zona gris que los nuevos derechos con sus definiciones genéricas han creado, obligando a veces a una actividad creativa no exenta de peligros.

El esquema republicano hoy nos exige actividad pero también el respeto de las otras competencia”, subrayó.

Salto de calidad

Por su parte, el ministro Coll destacó las bondades del sistema y dijo que la realización de este curso importa un salto de calidad para quienes tienen interés en ingresar al primer escalón de la carrera judicial.

El magistrado dijo que se trata de un curso modelo que no se hubiera podido realizar en sus consecutivas ediciones sin la valiosa colaboración y el denodado esfuerzo de jueces y funcionarios judiciales que se desempeñaron como profesores de las clases dictadas, quitándole horas al descanso y muchas veces después de concluir sus tarea diarias en Tribunales. “Lo hacen ad honorem y por amor al Poder Judicial”, destacó Coll.

En párrafo aparte hizo un explícito reconocimiento al esfuerzo y desempeño de los jueces Rubén Castillo Giraudo, José Luis Pignocchi y Martha Neffen de Linares, hoy retirados en forma activa de la Magistratura, de quienes dijo “han honrado la función judicial y a la Escuela Judicial en su desenvolvimiento como profesores”.

En tal sentido, Castillo Giraudo, Pignocchi y Neffen de Linares fueron nominados profesores eméritos de la Escuela Judicial; una distinción honorífica por el aporte que siempre realizaron a las actividades de capacitación de este organismo judicial, en forma desinteresada y voluntaria.

El acto finalizó con la entrega de diplomas a los profesores y de los certificados a los alumnos que aprobaron el curso de aspirantes a secretarios judiciales.