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La Sala II de la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal confirmó este jueves una resolución del juez Sergio Torres que había dispuesto el procesamiento y prisión preventiva de integrantes de una organización que traficaba que comercializaba paco, cocaína y marihuana en la Villa 1-11-14, en la Ciudad de Buenos Aires.
Entre ellos están Marco Estrada González, quien sería la “cabeza” de la banda, y su mujer, Silvana Salazar, señalados como los “organizadores de una cadena destinada al tráfico ilícito de sustancias estupefacientes en el que intervinieran más de tres personas y coautores del delito de acopio de armas de fuego, sus piezas y municiones”.
En su resolución, la Cámara precisó que “en determinados pasillos del asentamiento conocido como ‘villa 1-11-14’, un grupo de personas montó una operatoria principalmente destinada a la venta al por mayor y por menor de estupefacientes, haciendo ingresar importantes caudales de ese material al barrio, para almacenarlo, acondicionarlo en diferentes cantidades según su destino específico y su pureza, y luego distribuirlo y comercializarlo. Esa organización poseía una estructura vertical con diferentes posiciones establecidas”.
Así, agregó, “contaba con organizadores que se encargaban de recaudar el dinero colectado y brindar las directivas generales para la concreción de la maniobra; otros integrantes con alta jerarquía que trasmitían esas órdenes; individuos con la función de brindar seguridad para garantizar –mediante el uso de armas de fuego- que pueda ejecutarse diariamente, con éxito, la operatoria, amenazando o atemorizando a eventuales testigos; ‘punteros’ apostados en las esquinas de las manzanas del asentamiento, que ofrecían diferentes sustancias –principalmente cocaína y pasta base- a ocasionales compradores; y ‘campanas’ cuyo objetivo era alertar sobre la presencia de personal policial en la zona”.
“Además, ese dominio territorial se manifestaba en la posesión de inmuebles en ciertos sectores fuertemente custodiados, usados para almacenar la droga y fraccionarla; así como para guardar armas y municiones. En estos espacios, pudo constatarse el uso de puertas en los pasillos y otro tipo de objetos (timbres, etc.), para dificultar cualquier tarea de prevención”, añadió.
Para obtener más información vinculada a la investigación que lleva adelante el juez Torres visite el Especial PACO.