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Este miércoles declaró como testigo José María Argüello, en el juicio oral en Córdoba contra el ex presidente de facto Jorge Rafael Videla y otros 30 acusados por crímenes de lesa humanidad, cometidos durante el último gobierno militar. A continuación, algunos tramos de su declaración.
José María Argüello.
“Mi padre era del diario Córdoba. Ingresé a la institución policial pensando que su función era prevenir y no lo que empecé a ver después”.
“Empecé a tener problemas con el grupo de Urquiza, Samamé, Zuñiga. Nosotros entendíamos que las Fuerzas Armadas servían para prevenir pero nos fuimos dando cuenta día a día que era otra la función. Me encontré intimado por el oficial Rocha sobre que ese no era un lugar para que yo estuviera, porque mis planteos eran inconvenientes”.
“Los policías salían con doble armadura. El arma oficial y el arma con numeración borrada, como anticipando lo que se venía con la dictadura militar”.
“En esa etapa se salía a sacarle plata la prostituta de la esquina”.
“Fui detenido el doce o diez de noviembre de 1976 en la vía pública. Tenía una amistad con Urquiza, Samamé y Zuñiga por no compartir con las viejas camadas que venían de la Policía. Nos juntamos para planear que hacer porque estábamos presionados. Por esas reuniones, yo fui a parar a la localidad de Rayo Cortado”.
“Fui detenido acusado de pertenecer a una célula extremista que quería volar la Jefatura. Días después fueron detenidos Urquiza y Zuñiga. Una mañana de 1977 mi madre fue a preguntar por mí, le dijeron que dejara a su hijo que era un trapo negro, un subversivo”.
“Estuvimos como 30 días en la D2, ahí fuimos trasladados al Campo de la Rivera. Éramos conducidos por un tal Dr. Acosta para que nos pudiéramos higienizar. Dentro de mi ser, no encontraba explicación.Alrededor de dos meses estuvimos en La Rivera y luego nos llevaron a la penitenciaría, al pabellón de mediana seguridad. Para mí era un país en cárcel”.
“Fueron incontables las veces que entró el Ejército y la Gendarmería a la penitenciaría”.
“Hubo un Consejo de Guerra simulado porque nuestras declaraciones fueron falsas. Antes de ir, un compañero me tira un pullover naranja y cuando llego al Consejo de Guerra me gritan como serán de zurdos que vienen vestidos de naranja”.
“Nunca pensé que iba a llegar vivo a declarar ante un tribunal”.
“Una vez fuimos sacados en una Fiesta Nacional del Trigo, que venía Videla, y nos dijeron que si le pasaba algo al General Videla nos iban a fusilar. Estaba un muchacho hemipléjico, Fermín. Yo, agradezco esa cruz que tengo adelante para que esto no vuelva a pasar y que no desaparezca otro Julio López”.
“En el D2, cada quince minutos nos torturaban, nos picaneaban, nos golpeaban hasta hubo algunos violados. En el caso de Rocha, con la venda y todo, me dijo hijo de puta, yo sabía que te iba a agarrar, yo soy Rocha”.
“Yo estaba después de cuatro días de tortura, desfigurado, sin zapatos, desnutrido. Yo creo que él creía que de ahí no salía nadie vivo porque tuvo el atrevimiento de decirme su nombre”.
“Con respecto a mi detención eran las tres de la mañana yo iba caminando por el centro. Se me acercan tres personas y me dicen que pare, que les vacié la mochila y me dicen “Nos podes acompañar?”Y me llevan al D2”.
“Yo no recuerdo si estaban de civil. Sacaron una credencial identificándose como policías. Yo me sentí confiado. Fuimos caminando, no hubo maltrato ni nada pero cruzamos la puerta del D2 y ahí empezó todo. No me ingresaron en el libro de guardia, me sacaron el arma, me tuvieron
parado hasta el día siguiente, recién ahí me esposaron”.
“Urquiza insistió tres veces con ir al baño. Gontero estaba viendo el partido y vino. A mi me dijo a vos también te voy a llevar. Lo llevó y le dijo te voy a dar traidor y ahí escuché el tiro. A mí se me vino el mundo abajo.
“Yo me vi obligado a firmar la baja estando en la Penitenciaría”.
Informe: Natalia Brusa (Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba) y José Ferrer (Tribunal Oral Federal Nº1 de Córdoba).