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Tras un cuarto intermedio, este martes, por la tarde, se reanudó el juicio oral en Córdoba contra el ex presidente de facto Jorge Rafael Videla y otros 30 acusados por crímenes de lesa humanidad, cometidos en esa provincia durante el último gobierno militar.
Durante la jornada, declararon como testigos Isaac Rudnik y Héctor Fransichetti.
Declaración de Rudnik
Rudnik dijo reconocer a los imputados Enrique Mones Ruiz y Gustavo Alsina, a quienes señaló como los encargados de las guardias “más duras” de la Penitenciaría, y a Miguel Angel Pérez, como quien golpeaba “salvajemente” a los presos.
Manifestó que fue detenido el 20 de Agosto de 1975, después de realizar una “repartija” de volantes en un acto “relámpago” de la organización estudiantil a la que pertenecía. Ese día ocurrió la toma de la Jefatura de Policía en el pasaje San Martín, señaló. Perseguido por la Policía, indicó que recibió dispararos en una de sus piernas, que le dejaron heridas que sumadas a las torturas que recibió en la cárcel casi se le fue amputada. No obstante las operaciones que le realizaron en su pierna, aseguró que le quedaron secuelas hasta la actualidad por lo que se traslada con muletas.
A continuación, parte de su declaración:
“Los militares tenían un trato antisemita generalizado con todos los presos y consideraban como el insulto más grande ‘ratas sionistas’ o ‘ratas judías’.”
“Era absolutamente normal que el personal militar nos trata como ‘ratas sionistas’ o ‘ratas judías’, era generalizado para todos, inclusive para compañeros que no tenían ningún parentesco con ese origen. Para ellos éramos todos ‘ratas sionistas’, ‘ratas judías’, era como el insulto denigrante.”
Rudnik dijo que fue herido de bala en una de sus piernas durante su detención, en pleno centro de la ciudad, y luego fue trasladado al Hospital de Urgencias, donde fue intervenido quirúrgicamente, y sin el alta médica terminó en la Enfermería de la Cárcel de San Martín. en donde compartió su internación con Fermín Rivera, Enrique Asbert y Oscar Antonio “El Pájaro” Rosseti.
“Pude escuchar los últimos minutos de René Moukarzel, que murió en la sala contigua de la Enfermería en donde estuve internado, luego de haber escuchado durante todo el día su quejido, debido a que había sido estaqueado desnudo en el patio de la cárcel y donde durante horas le arrojaron baldazos de agua fría.”
Rudnik aseguró que fue testigo de la golpiza que terminó dejando hemipléjico a Pablo Balustra y que estuvo en el momento del traslado masivo a la cárcel de Sierra Chica, en el que decidieron no llevar a Balustra por su mal estado y días después apareció asesinado en un fraguado intento de fuga.
Señaló que a fines de 1976 fue trasladado a Sierra Chica y llevado nuevamente a la UP1, en abril de 1977, para luego pasar por el Campo La Ribera, en donde un militar le informó que estaban en condición de rehenes y que iban a ser asesinados si le sucedía algo a Videla durante su a la provincia de Tucumán. A los tres meses volvió a Sierra Chica.
“Tuve una causa judicial por ‘resistencia a la autoridad’, a cargo del ex juez federal Adolfo Zamboni Ledesma, quien me absolvió a los pocos meses pero quedé a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Pese a solicitar la opción para salir del país al Ministerio del Interior cada seis meses, nunca pude recuperar su libertad, hasta que en junio de 1982 permanecí con libertad vigilada durante seis meses.”
Declaración de Fransichetti
Con relación a los imputados, dijo identificar a Enrique Pedro Mones Ruiz, Gustavo Adolfo Alsina, Miguel Ángel Pérez y Carlos Pérez.
Fransichetti indicó que fue detenido y trasladado a la cárcel de encausados, donde vivó días de torturas, después del levantamiento policial del 20 de Febrero de 1974, conocido como el “Navarrazo”.
En su relato remarcó que “durante una semana, luego de ese episodio, los presos políticos que ya existían en esta cárcel estuvieron expuestos a una cruda represión en el patio de la unidad de la cárcel, en donde 500 presos debieron dormir a la intemperie, hacer ejercicios militares y soportar gases lacrimógenos”.
“Durante esa semana ocurrieron dos muertes, una producto de una bala de gas que le pegó en la cabeza a uno de los detenidos”, señaló.
Luego, indicó, fue trasladado a la Cárcel de San Martín conocida en aquel entonces como Unidad Penitenciaria Número N° 1 (UP1).
El testigo también relató que escuchó al cabo Pérez ordenarle a Raúl Augusto Bauducco que se levantara o lo iba a matar, durante una violenta requisa en la que sacaron a todos los presos al patio. Luego, continuó, que tras retirarse hablar con alguien volvió y le ordenó nuevamente levantarse. Como Bauducco no pudo reaccionar le pegó un tiro en la cara. “El impacto de la sangre fue inmovilizante para nosotros”, dijo.
Al referirse al teniente Mones Ruiz, manifestó que desde el primer momento en que entró a los pabellones de los presos políticos les dijo: “A partir de este momento no va a haber más tu tía para nadie, ahora somos nosotros lo que mandamos. No hay más Poder Ejecutivo para nadie, ahora están bajo nuestras botas”.
También dijo que pudo ver cuando retiraron del pabellón a René Moukarzel a través de una rendija en la puerta de su celda, porque en ese momento le tocaba hacer “guardia” para ver si los militares iban a su celda a “bailarlos”. Luego, por el relato de otros compañeros, indicó que pudo saber cómo lo habían estaqueado y torturado, produciéndole la muerte.
Luego de contestar el testigo preguntas de las partes, el Tribunal ordenó un cuarto intermedio hasta este miércoles, a las 9.30, donde se continuará con la recepción de testimonios.
Informe: Natalia Brusa (Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba) y José Ferrer (Tribunal Oral Federal Nº1 de Córdoba).