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El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de Córdoba reanudó este martes al juicio oral contra el ex presidente de facto Jorge Rafael Videla y otros 30 acusados, por crímenes de lesa humanidad cometidos en esa provincia durante el último gobierno militar.
Durante la audiencia declaró como testigo Héctor Jerónimo Enrique “Biqui” López. Dijo haber sido secuestrado el 29 de octubre de 1975, junto a Liliana Páez, quien fuera su compañera de entonces. Agregó que fueron detenidos en la casa de su madre, que era donde vivían, en el Barrio Alberdi. Manifestó que fueron metidos dentro de un baúl y los llevaron al Departamento de Informaciones (D2). También se llevaron a su cuñada Zulema y a Guillermo, el niño, indicó.
A continuación, parte de su declaración:
“Una vez se presentó ‘Charlie Moore’ diciendo que él estaba ahí para ayudar a los detenidos. Era la presentación que hacia él para que colaboremos. No sé si él fue parte de los que me torturaron. Años más tarde, mi madre se enteró que Moore se había ido del país y que en Brasil había declarado en Clamor sobre lo que había pasado en el D2. Mi madre fue a Brasil y consiguió esa declaración, que corroboraba las denuncias de acá.”
“La Comisión Interamericana de la OEA condenó al Estado argentino a que me juzgue nuevamente, pero el Estado nunca cumplió esa resolución.”
“En esa resolución se dice que Zamboni Ledesma nunca investigó lo que pasaba.”
“La Corte nunca nos dio lugar a las presentaciones que hicimos.”
“En noviembre, nos llevan a la UP1. Cuando llegué a la cárcel denuncié todo ante Zamboni Ledesma y Otero Alvarez. Delante de los agentes judiciales estaban los mismos torturadores, quienes saludaban con ironía.”
La muerte de Bauducco
En el episodio de Bauducco, dijo que él estaba en la requisa. Recordó gotas de sangre que pasaban por la canaleta y salpicaban la pared. Manifestó que a Hugo Vaca Narvaja le dijeron: ‘No tiembles Huguito que ese tiro no es para vos, por el momento’.”
“Eran los verdugos diarios, así que sabíamos perfectamente quienes eran.”
En su declaración se refirió al cabo Pérez y dijo que cree que debía ser la guardia de Mones Ruiz. “Era morocho, alto. Al que enganchaban mirándolos significaba que iba al baño para ser torturado.”
“El director de la cárcel se agarraba la cabeza y puteaba por el tema.”
“El episodio ocurrió un día domingo y el día domingo los presos comunes tenían día de visita. Cuando se produjeron estos hechos había cientos de personas visitando a sus familiares. Eso muestra la impunidad total de lo que pasaba. Al día siguiente entraron al pabellón, nos golpearon y caminaban por nuestra espalda diciendo ‘esto es para que aprendan y no le quieran arrebatar el arma a un oficial de Ejército Argentino’.”
“Esa cárcel era un campo de concentración. Entraban en cualquier momento a golpearnos y se ensañaban con algunos compañeros en particular. Con Isaac Rudnik. Tenía un pie infectado. Los oficiales iban y le golpeaban el pie para que se terminara de infectar. Estuvo mucho tiempo en el hospital.”
El traslado de Cristian Funes
“A Funes lo sacaron y lo amenazaron de muerte. A los pocos días volvieron a retirarlo. Tengo un particular recuerdo del día en que se fue, porque él sabía que se iba la muerte. Esa fue la última vez que lo vimos.
Después nos enteramos por los presos comunes.”
“Al poco tiempo retiraron y mataron al Dr. Vaca Narvaja junto a Toranzo, que no estaba en nuestro pabellón.
A Funes lo mataron con Marta Rossetti de Arquiola.”
“Otros compañeros que retiraron y mataron del Pabellón 6 fueron Huber y Florencio Díaz. No puedo decir quién los retiró.”
La muerte de su compañera, Liliana Páez
“Mi compañera, Liliana Páez, es una de las personas que retiraron de la cárcel y la mataron junto con Tramontini. Fue el 20 de agosto de 1976. Los fusilaron e hicieron aparecer como que hubo un intento de fuga. Yo tengo aquí una fotocopia de lo que salió en La Voz del Interior el 21 de agosto de 1976, que reproduce un comunicado del Ejército.”
“El 20 de agosto nos notificaron de la prisión preventiva. Nos llevaron a una sala, adelante del penal, y ahí estaba parte de lo que sería el Juzgado federal Nº 1. Vi a mi compañera a unos metros. Pasamos delante del secretario del juzgado, que nos permitió mirarlo de frente. Estábamos esposados.”
“Antes de que nos retiremos, el teniente Rubio se acercó a hablar con Otero Alvarez, y el secretario le dio a leer lo que nos había notificado. Pasaron unos momentos y el teniente Rubio nos dijo: ‘Estuve leyendo quiénes son ustedes, vayan preparándose’.”
“A Liliana Páez la retiraron de su pabellón de castigo y la fusilaron. Entregan a su madre su cuerpo a cajón cerrado.”
“Alsina era un torturador muy conocido en la cárcel. Fue él quien se encargó de torturar y llevar a la muerte Moukarsel.”
“También nos enteramos que trasladaron y fusilaron a Pucheta y Sgandurra.”
“Nos dijeron que éramos rehenes porque Videla estaba por viajar a Córdoba y que si le ocurría algo a Videla nos iban a matar a todos… Y que si le ocurría algo a algún oficial de alto rango iban a matar a un número de presos en la cárcel.”
“Al poco tiempo retiraron a otro compañero. Lo tuvieron en algún lugar, en donde lo torturaron. Volvió con un mensaje para mi, diciendo: ‘Biqui, dicen que te prepares, que el próximo sos vos’.”
“Un día nos subieron a un colectivo, con la manos atadas atrás con alambre y con trapos en la boca, y nos llevaron a un descampado. Nos desataron las manos, nos entregaron palas y nos obligaron a cavar pozos. Al rato vino alguien que dijo ‘paren, paren’ y nos ordenó que paremos de cavar. Nos ataron de nuevo y nos volvieron a subir al micro.”
“Alguien empezó a dar gritos de ‘pararse, sentarse, cuerpo a tierra, verdugueo’. Esto duró un tiempo y apareció otra persona que dijo: ‘El Ejército argentino no trata así a sus prisioneros de guerra’. Después nos llevaron de vuelta a la cárcel.”
“En septiembre nos vuelven a llevar, en avión, a Sierra Chica. Ahí pudimos estar comunicados, denunciar todo lo ocurrido. Vino la Cruz Roja, recibimos las visitas de nuestros familiares.”
“En Sierra Chica permanezco hasta que levantaron la cárcel. Había compañeros que los tenían secuestrados en algún lugar y no los tenían con nosotros. Había un compañero, Toledo, que por las torturas tuvo problemas de salud y tratamiento psiquiátrico. Le quitaron la medicación. El personal médico tuvo actitud de cómplice. Los compañeros Toledo y Schiavoni murieron y la explicación oficial fue que se suicidaron. Creemos que los mataron por los abusos y el trato que recibieron.”
“En el ‘81 me notificaron de la condena a perpetua por un intento de copamiento de la Jefatura. Fui siguiendo todos los pasos legales, siempre. Hicimos presentaciones ante la Cámara y ante la Corte Suprema, denunciando la tortura, las muertes en las cárceles y nunca se investigó. Se denunció a todo el D2. Como no tuvimos respuesta empezaron las denuncias internacionales. Denuncié al juez y al secretario. Otero Alvarez me fue a ver en el ‘83 para ver si llegaba a haber una amnistía qué íbamos a hacer.”
“En el ‘79 se levantó Sierra Chica y me llevaron a la cárcel de La Plata, unos treinta y pico de días. Después nos llevaron junto a otros compañeros a inaugurar la cárcel de Caseros. Una cárcel terrible. No se podía tocar a un familiar, siempre a través de un vidrio. Las celdas no tenían privacidad, uno no podía ni ir al baño sin que lo vieran. Esa cárcel legal fue inaugurada por Videla y Rodríguez Varela. Por la falta de sol y la total exposición y falta de intimidad trajo problemas psicológicos a muchos compañeros.”
“A un compañero le quitaron la medicación durante unos días, con la excusa de que no les proveían los medicamentos. El compañero entró en una crisis profunda. Le pedimos al médico que le den la medicación. Un día que salimos al patio, cuando regresamos, un personal penitenciario nos dijo que Schiavoni se había colgado. Él estaba en el mismo pabellón que yo y nosotros los insultábamos diciendo que sabíamos que ellos lo habían matado.”
“El compañero Toledo sufrió lo mismo.”
“Quedo en libertad el 17 de febrero de 1988. El juez que estaba a cargo mío en ese momento era el Dr. Rodríguez Villafañe. Yo estaba en Devoto y salí con libertad condicional, porque tenía cadena perpetua. Salió una ley que permitía que se computaran doble los años en prisión trascurridos durante la dictadura militar. Estuve cinco años más en libertad condicional.”
“Teníamos prohibido todo. No podíamos poner la manta en la ventana rota en invierno para tapar un poco el frío. Esa mañana entró de improviso una guardia y ni pudimos sacar la manta. Cuando llegó el que le decíamos ‘Jaime Kloner’ vio la manta puesta en el ventanal y dijo: ‘Ah, los subversivos no cumplen las órdenes del personal militar’. Nos preguntó, chicote en mano, quién había puesto la manta. Todos contestamos lo mismo: ‘Cuando yo vine ya estaba’. Siempre impostaba la voz, nunca le conocimos la voz verdadera.”
“Mones Ruiz era de pelo más bien claro, con un tono de voz no muy varonil, con porte de militar.”
“Alsina era de mediana estatura, no muy corpulento, lo que nosotros decíamos un ‘petiso agrandado’, siempre expresándose como un verdugo para que le tuviéramos miedo. Tendría mi edad.”
“Rubio era flaco de estatura mediana, algo desgarbado.”
“Parsik estuvo en una de las primeras requisas, cuando entraron los militares a la cárcel. El más militar de todos, no sé si era de la Aerotransportada, pero esa impresión nos daba. Puede haber sido un poco mayor.”
Informe: Natalia Brusa (Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba) y José Ferrer (Tribunal Oral Federal Nº1 de Córdoba).