En un acto protocolar realizado en la Sala de Acuerdos del Palacio de Tribunales, el martes  27 de julio a las 12hs., la Dra. Lilia Ana Novillo asumió como quinta integrante del Superior Tribunal de Justicia de la provincia de San Luis.

Presidió la ceremonia el Dr. Oscar Eduardo Gatica, acompañado por los Ministros Omar Esteban Uría y Horacio Zavala Rodríguez. Se destacó la presencia del Vicegobernador de la provincia, Dr. Jorge Luis Pellegrini; Presidente de la Cámara de Diputados, CPN Claudio Poggi; Intendente de la ciudad de San Luis, Arq. Alicia Lemme; Fiscal de Estado, Dr. Eduardo Allende y el Procurador General de la Provincia, Dr. Fernando Oscar Estrada. Como invitados especiales asistieron la Dra. Susana Medina de Rizzo – Presidente de la Asociación de Mujeres Juezas Argentinas (AMJA)-, el Dr. José Luis Riccardo – Rector de la Universidad Nacional de San Luis- y el Dr. Sergio Tomás Oste – Presidente del Honorable Tribunal de Cuentas de San Luis-.

Ante una gran concurrencia, el Presidente del Superior Tribunal tomó el juramento constitucional a la nueva ministro.  

Por Decreto Nº 1513, de fecha 26 de julio de 2010, el gobernador de la Provincia de San Luis, Dr. Alberto Rodríguez Saá, designó a la Dra. Lilia Ana Novillo en el cargo de ministro del Poder Judicial de San Luis.

“La justicia es el equilibrio entre la moral y el derecho”

En su primera alocución a la sociedad como ministro de la justicia puntana, la Dra. Lilia Ana Novillo se definió como una defensora irrestricta de los derechos humanos “siempre procuré que la equidad y la igualdad coronara el esfuerzo de los integrantes de la comunidad en la defensa de sus legítimos derechos. En mi larga trayectoria política y profesional me he esforzado por cumplir con esos objetivos que ahora, como integrante del Superior Tribunal de Justicia, tendré oportunidad de fortalecer y consolidar”.

Afirmó que la correcta administración de justicia debe asentarse sobre tres pilares: la celeridad, la inmediatez y la eficiencia, para lograr el bien común. A los que agregó (los pilares) de la calidad y la eficacia, que “con el uso de la tecnología permiten ser medidos y controlados para delinear una política judicial que -basada en el consenso de todos los responsables de administrarla-, nos permita acercarnos cada vez más al ideal de justicia que cada uno de nosotros tiene en lo más  profundo de su ser. Esa política judicial acordada en principios rectores claros y no contradictorios nos permitirá emerger de un sistema judicial que tiene un origen constitucional similar al norteamericano, una estructura de derechos sustantivos codificados de raigambre europea, una organización piramidal similar a la norteamericana aunque matizada de instituciones del tipo francés como la Casación, una estructura de primera instancia idéntica a la justicia española, y todo esto salpicado de derecho anglosajón como los institutos del juicio abreviado, la probation, la mediación, etc.”. Señaló que esta política deberá contemplar en primer lugar a los empleados, jueces y auxiliares de la justicia, luego a la reforma de la ley orgánica si fuere necesario y por último a los ordenamientos procesales.

Definió a la justicia como el equilibrio entre la moral y el derecho y aseveró “creo que el valor justicia es superior a la ley y que la ley puede ser injusta pero lo justo es siempre moral. Creo que los intereses creados obstruyen la justicia. Cuando esto ocurre, la justicia enmudece y se abisma;  el hombre se aparta del ejercicio de las virtudes y el esfuerzo del trabajo porque los logros no se corresponden con el mérito”.

Destacó a la juventud y a los ciudadanos que “conciben más justicia, luchan y trabajan por ella, porque representan un porvenir fundado en ideales que enaltecen a la humanidad. Creo que el hombre justo se inclina respetuoso ante esos valores, los admira en otros y aspira a poseerlos él mismo”.

Para finalizar, la flamante ministro invocó la protección de Dios, la Virgen y su ángel “Candelaria”, lo que marcó un emotivo final, irrumpido por el cálido aplauso de los presentes.

San Luis, 29 de julio de 2010