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Fecha:
Martes, 08 de diciembre de 2009
La Corte Suprema revocó un fallo que absolvió a policías por "plantar" pruebas
Se trata de cinco agentes acusados de realizar procedimientos fraguados. Se denunció que iniciaban causas penales en contra de inocentes, ante la presencia de la prensa, para obtener ascensos, elevar estadísticas y mejorar la imagen institucional
La Corte Suprema de Justicia dejó sin efecto la sentencia de un tribunal oral por la que absolvió a cinco policías, en una causa en la que fueron investigados por la realización de “procedimientos fraguados”.
Los agentes habían sido denunciados por “plantar” pruebas y luego armar procedimientos en donde se detenían a personas que tenían en su poder estupefacientes y armas, entre otros elementos, con el objetivo de obtener méritos para ascensos, elevar el número de estadísticas y proyectar una buena imagen institucional ante la sociedad.
En el caso, los imputados habían sido absueltos por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 16 de la Capital Federal, por el beneficio de la duda, por los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada, falsificación ideológica de instrumento público y falso testimonio agravado.
Esa decisión fue apelada por el Ministerio Público Fiscal y la causa llegó a la Corte, donde el Máximo Tribunal hizo suyos los argumentos del procurador general de la Nación, Esteban Righi, y ordenó dictar un nuevo pronunciamiento.
La causa se inició por un informe de la Comisión Investigadora de Procedimientos Fraguados, creada por la Procuración General, que dio cuenta de que en numerosos casos se habían detectado patrones comunes en el actuar policial que evidenciaban que algunos sus integrantes, a través de maniobras fraudulentas, habrían iniciado causas penales en contra de personas presumiblemente inocentes, de baja condición sociocultural.
Según la Procuración, esas maniobras consistían en utilizar a una persona que oficiaba de “carnada”, quien debía realizar una oferta de trabajo informal a otra. Aceptada la propuesta laboral, la víctima del engaño era trasladada a un lugar público (estación de tren o centro comercial, entre otros) y allí, con cualquier excusa, era dejada en custodia de un bolso. En ese momento, personal policial, bajo pretexto de realizar actividades preventivas, requisaba a las víctimas con idéntico resultado en todos los casos: el secuestro de estupefacientes o de armas que se encontraban en ese bolso. Todos esos procedimientos habrían sido comunicados a la prensa televisiva.
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