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Lecciones de redacción para magistrados y funcionarios judiciales
Lección Nº 9
(Módulo Nº 4: signos de puntuación)
La puntuación de un texto es un aspecto muy significativo porque cumple varias funciones: ordena las diversas partes y organiza la información en capítulos, apartados y párrafos, para facilitar la comprensión del escrito; delimita la oración y favorece la cohesión textual; destaca determinadas frases e ideas; permite utilizar diferentes estructuras sintácticas; genera efectos estilísticos; rige la respiración durante la lectura en voz alta. Estas y otras funciones de los signos de puntuación demuestran el modo en que pueden modificar el sentido de un texto y, en consecuencia, la importancia de utilizarlos con precisión. Así, la acertada organización del contenido a través de la puntuación será fundamental para escribir un texto claro y coherente.
Aunque debemos tomar en cuenta que no todos los signos poseen la misma función ni la misma importancia, y que a veces hay más de una manera correcta de puntuar una oración, hay ciertos errores que resultan inadmisibles.
El punto
El punto separa unidades autónomas que integran un texto. Representa una pausa sintáctica superior a la del punto y coma y la coma. Se escribe sin separación de la palabra que lo precede y separado por un espacio de la palabra o el signo que lo sigue. La primera palabra después de un punto empieza siempre con mayúscula (excepto después de las abreviaturas).
Existen tres clases de puntos, que delimitan distintos tipos de unidades textuales: el punto y seguido, el punto y aparte y el punto final.
1) El punto y seguido (también llamado punto seguido) separa las oraciones que forman un párrafo. Permite indicar que, en la secuencia siguiente, se continúa tratando un mismo tema o se enfocan aspectos diferentes de una misma idea. Después de punto y seguido se prosigue en el mismo renglón, o en el siguiente si finaliza la línea, y sin dejar sangría.
2) El punto y aparte (en algunas zonas de América llamado punto aparte) se utiliza para separar los párrafos de un texto, es decir, las unidades formadas por las oraciones que desarrollan un mismo núcleo temático. El punto y aparte es, entonces, el que separa dos párrafos distintos, que suelen desarrollar, dentro de la unidad del texto, ideas o contenidos diferentes. Después de punto y aparte se continúa en el renglón siguiente, dejando sangría, es decir, un blanco inicial en la primera línea del párrafo.
Además, el punto y aparte se emplea en el diálogo, para señalar el final de las intervenciones de los interlocutores.
3) El punto final indica la conclusión de un escrito o de una división importante del texto, como el cierre de un capítulo, un apartado o una parte.
Recordemos que se emplea punto detrás de las abreviaturas, como:
Dr. pág. Sra.
Además, según la Real Academia, siempre se escribe punto detrás de las comillas, los paréntesis y las rayas de cierre. Ejemplos:
Me miraba con sus ojos grandes. (Me asusté al verlo así). Preguntó: “¿Dónde está el dinero?”. Le contesté que lo tenía Ramiro –su hermano-.
Usos incorrectos del punto
a) No llevan punto los títulos o subtítulos de libros, artículos, capítulos, etc. cuando aparecen aislados.
Ejemplos:
Cien años de soledad
Derecho de daños en la Suprema Corte
Pero sí lo llevan las referencias bibliográficas. Ejemplo:
Belluscio, Augusto C., Técnica jurídica para la redacción de escritos y sentencias, Buenos Aires, La Ley, 2006.
Tampoco llevan punto al final los nombres de autor en cubiertas, portadas, prólogos, firmas de cartas y otros documentos, o en cualquier otra ocasión en que aparezcan solos en un renglón.
b) No debe escribirse punto después de los signos de exclamación y de interrogación, aunque con ellos termine el enunciado. Ejemplo:
¡El día está horrible! ¿Pensás que podremos salir?
c) No se coloca punto en las cifras que indican años, en la numeración de las páginas ni en los números de decretos, leyes o artículos. Ejemplos:
año 2009 página 1567 Decreto 1098/2002
d) No suele usarse en los textos que sirven de epígrafe a un cuadro, a un grabado o a una lámina.
e) A diferencia de las abreviaturas, los símbolos no llevan punto. Ejemplo:
He (por helio)
f) Actualmente las siglas no llevan puntos entre las letras que las componen. Ejemplo:
OTAN
g) Aunque todavía es práctica común en los números escritos con cifras separar los millares, millones, etc., mediante un punto (o una coma, en los países en que se emplea el punto para separar la parte entera de la decimal), la norma internacional establece que se prescinda de él. Ejemplo: 10000.
h) Si el punto de una abreviatura coincide con el punto de cierre del enunciado, solo debe escribirse un punto, nunca dos:
Tenía perros, gatos, palomas, tortugas, etc. Todos esos animales estaban en el mismo lugar.
i) Nunca se escribe otro punto tras los puntos suspensivos cuando estos cierran un enunciado:
Le gustan todas las películas: comedias, bélicas, dramáticas, de aventuras... Es un cinéfilo incorregible.
Usos no lingüísticos
Se utiliza para separar las horas de los minutos cuando se expresa numéricamente la hora: 9.30, 13.00. Para ello se utilizan también los dos puntos, por ejemplo: 9:30, 13:00.
Próxima lección:
En el siguiente email analizaremos el uso de la coma.
Para tener en cuenta:
(En esta sección planteamos algunos errores o dudas frecuentes en el uso de ciertos términos)
Adolecer
Significa, en su acepción más habitual, tener algún defecto o sufrir de algún mal (Adolece de anemia). No debe confundirse con carecer, no son sinónimos. Aunque no son incorrectas oraciones como Adolecía de falta de coherencia, la expresión resulta más clara y directa si se sustituye por Adolecía de incoherencia o Carecía de coherencia.
Referencias bibliográficas:
Belluscio, Augusto C., Técnica jurídica para la redacción de escritos y sentencias, Buenos Aires, La Ley, 2006.
García Negroni, María Marta, Laura Pérgola y Mirta Stern, El arte de escribir bien en español. Manual de corrección de estilo, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2004.
Hall, Beatriz, Ricardo Santoni y Mirta Stern, Comunicación verbal y escrita. Introducción a la expresión oral y escrita. Aspectos gramaticales, textuales y discursivos del discurso académico, Buenos Aires, L.E.U.K.A., 2000.
Podlubne, Judith, Expresión escrita (Con particular referencia a la redacción de sentencias judiciales), Carrera de Posgrado de Especialización para la Magistratura. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales del Rosario. Pontificia Universidad Católica Argentina.
Real Academia Española, Diccionario Panhispánico de Dudas, Madrid, Espasa-Calpe, 2005.
Consultas:
Si quiere realizar consultas o desea hacer sugerencias, puede enviar un mensaje a la dirección de correo: sgaldos@csjn.gov.ar.
Recomendación:
Cuando tenga dudas de orden gramatical o necesite información sobre el uso de alguna palabra o expresión, le recomendamos consultar en Internet el Diccionario panhispánico de dudas. Se encuentra disponible en la siguiente Página Web: http://buscon.rae.es/dpdI.
Responsable Lecciones de redacción
Sebastián Galdós (Licenciado en Letras - UBA)
sgaldos@csjn.gov.ar
Centro de Información Judicial
Corte Suprema de Justicia de la Nación
Tel. (54) 11 4370-4600 int. 4576
Talcahuano 550
Ciudad de Buenos Aires
Argentina