El Patronato de Liberados de la Capital Federal fue creado en 1918, tres años antes de la confección del Código Penal, ocurrida en 1921.

Esa institución tiene asignada la supervisión de la conducta de quienes, luego de haber estado privados de su libertad, egresan bajo el régimen de libertad condicional, así como también de aquellos procesados excarcelados, siempre que, en ambos casos, fijen domicilio legal en Capital Federal.

Además, el patronato elabora estudios socio-ambientales de los detenidos requeridos por la Justicia Nacional y Federal, con el objetivo de confeccionar los Legajos de Personalidad previstos en el procedimiento penal.

El presidente de la institución, Hugo Norberto Cataldi, quien además es juez del Tribunal Oral en lo Criminal Nº14 de la Capital Federal, explicó el trabajo que realiza el Patronato con los detenidos: “Dos o tres meses antes de que el detenido salga en libertad, el equipo de profesionales comienza la tarea de seguimiento de las necesidades de esa persona: así, se analiza si existen problemas familiares, o si existe la posibilidad de que surja alguna oferta laboral. En relación con el ámbito familiar, es común que la persona detenida pueda tener problemas con la aceptación por parte de su entorno. Para abordar este tema desarrollamos una Unidad de Mediación, que en estos casos analiza de qué manera se puede solucionar ese problema, ya que si hay contención familiar se reducen las posibilidades de reincidencia”.

Por otro lado, el Patronato también trabaja en la supervisión de la conducta de aquellos detenidos que egresan de las unidades de detención bajo la modalidad de libertad condicional.  Con respecto a la tasa de reincidencia, Cataldi afirmó que “en el caso de aquellas personas que se encuentran sometidas al control del Patronato, la cifra no supera el seis por ciento”.

Asimismo, la institución posee una Unidad Especial de Seguimiento a condenados por delitos sexuales, que, según explicó Cataldi, fue creada para evitar la reincidencia es este tipo de delitos. Aunque cabe aclarar que aquellas personas detenidas por estos casos son quienes muestran mejor comportamiento dentro de las unidades penitenciarias”.

La inseguridad

Consultado sobre la situación actual del delito en la Capital Federal, Cataldi afirmó: “La mayoría se vincula con violaciones contra la propiedad en todas sus manifestaciones, ya sea con armas, casos de violencia física y otros. También ha crecido el delito contra la integridad sexual; aquí la duda es si es que objetivamente aumentó o si en realidad lo que aumentaron fueron las denuncias”.

En este marco, el presidente del Patronato remarcó: “La sensación de inseguridad existe, sobre todo cuando se cometen delitos violentos contra la propiedad privada. En Buenos Aires la tasa del delito ha crecido, pero creo que el problema no se soluciona a través de lo que podríamos denominar “el derecho penal simbólico”, es decir aumentando penas o generando una “hiperinflación del delito”. Lo que genera seguridad es que la persona que delinque tenga la seguridad de que su conducta no va a quedar impune, y eso se logra con reformas de derecho procesal penal, que ayuden a la prevención del delito”.