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El pasado 24 de noviembre, Elena Highton de Nolasco, vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, expuso en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, con motivo de la “Conmemoración del Día Internacional de la No Violencia contra la mujer”.
Destacó que el acceso a justicia se logra no sólo hablando sino a través de acciones concretas de todos los poderes públicos en la sociedad civil.
Señaló que debemos hablar de “acceso a justicia” y no “a la justicia”, porque no se trata de obtener en todos los casos una sentencia, sino que “acceso a justicia” implica la resolución del conflicto de manera rápida, inmediata y justa.
Highton de Nolasco describió el trabajo que realiza la Corte en esta materia y el convenio que el Tribunal suscribió con el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con el objeto de promover el desarrollo de acciones conjuntas para combatir la violencia doméstica y brindar asistencia a las víctimas.
Al referirse a la actuación de la Corte con relación a la violencia doméstica, hizo alusión a las estadísticas actuales confeccionada por la Oficina de Violencia Doméstica, de las cuales se desprende que en los dos primeros meses de funcionamiento ingresaron 1075 casos, de los cuales el 90% de las afectadas por episodios de violencia son mujeres, el 10% son hombres y la mitad niños.
La vicepresidenta de la Corte enfatizó que la violencia doméstica es una violación a los derechos humanos y es por eso que no se la debe considerar como un asunto privado. Asimismo, insistió que la cultura, la costumbre, la familia y la religión no deben servir como pretexto para cerrar los ojos ante las violaciones de los derechos humanos de las mujeres en el hogar. La violencia contra la mujer es algo propio de cobardes y por ello combatirla honra al hombre.
En síntesis puntualizó que: a) la lucha contra la violencia requiere de una acción concertada de los poderes públicos; b) la violencia doméstica daña gravemente a las mujeres y perjudica a toda la sociedad, incluidas las generaciones futuras; c) la violencia doméstica, esto hay que repetirlo, es una violación de los derechos humanos y d) los hombres deben movilizarse y combatir la violencia doméstica. Ellos tienen un papel importante que desempeñar, pues pueden entablar vínculos con otros hombres y alentarlos a combatir este flagelo.
También se refirió a la campaña promovida por la Organización de las Naciones Unidas iniciada este año y que durará hasta el 2015, cuyo objetivo será acabar con la violencia contra las mujeres y las niñas en el mundo. Respecto de ésta, señaló que uno de sus múltiples propósitos es el de combatir la violación en situaciones de conflicto y posteriores a los conflictos armados.
Concluyó señalando que como es fácil de advertir, la violencia contra la mujer es un flagelo mundial.