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Uno de los principales problemas que preocupa en la actualidad al fuero laboral es la falta de una estructura edilicia adecuada. En uno de sus edificios, ubicado en Juan D. Perón 990 en la Capital Federal, la situación es crítica: no hay salidas de emergencia, faltan ascensores, lo que provoca largas colas para su uso o también que empleados y público deban subir hasta diez pisos por escalera. Pero hay más: los expedientes, desde hace tiempo, llegan a acumularse en la cochera del edificio.
El presidente de la Cámara de Apelaciones del Trabajo, Juan Carlos Fernández Madrid, mostró su preocupación por el colapso edilicio en el fuero y señaló: “Creo que explosión es la palabra que mejor se adecúa al edificio de la calle Perón, ya que no hay margen de resistencia ni de resguardo en caso de que se produzca un incendio. Una sola chispa podría provocar un verdadero desastre. Los expedientes se están archivando en la cochera del edificio. Creo que para la seguridad de empleados y público en general se debe cambiar el edificio”.
Cabe recordar que en junio pasado, luego de recibir información de la cámara laboral relacionada con la falta de medidas de seguridad en el edificio, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, envió una nota al titular del Consejo de la Magistratura, Luis María Bunge Campos, en la que reclamó que ese organismo adopte decisiones efectivas a fin de prevenir posibles incendios en el lugar.
Así, el presidente de la Corte solicitó que el Consejo “disponga las medidas que son indispensables para que la prestación del servicio de justicia, por parte del mencionado fuero, pueda desarrollarse en condiciones dignas…y evitar situaciones que ponen en riesgo la integridad de las personas que diariamente deben actuar en esos edificios y de los bienes que allí se encuentran”.
Creciente litigiosidad
Según estadísticas de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, en los últimos dos años hubo en el fuero un marcado crecimiento de la litigiosidad. En 2006 se registraron en primera instancia 30.736 expedientes mientras que en 2008 la cifra trepó a 38.747, lo que representa un aumento del 26 por ciento.
En el caso del otorgamiento de poderes, la cifra de hace dos años llegó a 37.222 mientras que el año pasado ascendió a 51.428, lo que significa un crecimiento del 38 por ciento.
En este marco, Fernández Madrid afirmó que el aumento del trabajo en negro es uno de los factores que más influyen en el crecimiento de los expedientes: “Los empleos no registrados legalmente provocan una repercusión directa en la saturación de los tribunales. Como un porcentaje muy importante de los trabajadores está fuera del circuito legal, al momento de ser despedidos inician una demanda reclamando una indemnización”.
La falta de jueces
En el acuerdo general del 5 de marzo último, los camaristas del fuero coincidieron en que el “esfuerzo que vienen desarrollando para mejorar la gestión en el trámite de las causas”, se ve afectado “por la falta de titulares de numerosos juzgados y de vocalías de salas”.
Precisaron que el panorama es más gravoso aún en la segunda instancia, dado que, al presente, dos salas cuentan con un único vocal (I y IV), seis están integradas sólo por dos jueces (III, V, VI, IX, y X) y los únicos órganos colegiados de alzada que cuentan con tres magistrados son las salas II y VIII.
En este sentido, Fernández Madrid advirtió: “Cuando un tribunal carece de jueces durante años y las salas quedan desintegradas, la consecuencia inmediata y directa es que no hay jurisprudencia de sala. De un tribunal se espera seguridad, coherencia y que mantenga una opinión durante un tiempo razonable. Y que al producirse la renovación normal de la justicia las opiniones no cambien 180 grados y modifiquen todo el universo jurídico. Al estar las salas integradas precariamente, no hay tendencia y así no hay seguridad jurídica”.