CENTRO DE INFORMACIÓN JUDICIAL AHORA EN TELEGRAM
SUSCRIBITE A NUESTRO CANAL Y RECIBÍ LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
CENTRO DE INFORMACIÓN JUDICIAL AHORA EN TELEGRAM
SUSCRIBITE A NUESTRO CANAL Y RECIBÍ LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
En el marco de la causa “Primer Cuerpo de Ejército” en la cual se investigan las violaciones a derechos humanos cometidos en la última dictadura militar, el Juez Federal Daniel Rafecas, dispuso el 16 de junio ppdo. la elevación a juicio oral y público de seis acusados detenidos –cuatro militares y dos policías- a quienes responsabilizó por la privación ilegal de la libertad y aplicación de torturas de personas que permanecieron en el centro clandestino de detención y tortura llamado “Sheraton”, que funcionó en la Subcomisaría de Villa Insuperable, partido de La Matanza.
El juicio oral y público será llevado a cabo por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal nro. 1 de Capital Federal –integrado por los Dres. Adrián Grünberg, Oscar Amirante y Pablo Laufer- que resultó sorteado para este tramo de investigación. Se trata del mismo tribunal que ya dictó condenas en la causa “Automotores Orletti” y que está sustanciando la causa “Plan Cóndor”.
El Juez Rafecas en su resolución (en su momento confirmada por la Cámara Federal) tuvo acreditada la existencia de mérito para enjuiciar por tales hechos al General de Brigada Héctor Humberto Gamen; a los Coroneles del Ejército Rodolfo Enrique Godoy, Manuel Antonio Luis Cunha Ferre, Roberto Obdulio Godoy y a los Comisarios de Policía de la provincia, Leopoldo Luis Baume y Juan Alfredo Battafarano.
El ex Coronel del Ejército Juan Manuel Costa, también había sido procesado por el Juez, pero falleció mientras la Cámara federal revisaba el procesamiento dictado en su respecto.
El Juez tuvo por acreditado en su resolución que el centro de detención y tortura Sheraton, funcionó en la Subcomisaría de Villa Insuperable, entre octubre de 1976 y octubre de 1978 bajo el mando del Grupo de Artillería 1 de Ciudadela por entonces del ya fallecido Coronel Antonino Fichera, como asimismo de los Segundos Jefes de la unidad militar y Jefes de la Plana Mayor Juan Manuel Costa y Rodolfo Enrique Godoy, del Oficial de Inteligencia Cunha Ferré y el Oficial de Operaciones Roberto Obdulio Godoy; a la vez que atribuyó los mismos hechos a Héctor Gamen, Segundo Jefe y jefe de Plana Mayor de la Brigada Décima de Infantería.
La dependencia policial en la cual el personal militar alojaba a los detenidos se encontraba entonces a cargo del Subcomisario Baume y posteriormente, a cargo del Subcomisario Battafarano.
Este centro clandestino presentaría según expone Rafecas un doble aspecto, por un lado los detenidos ilegales podrían haber accedido en algunas ocasiones a contactarse con sus familiares mientras estaban cautivos, mediante visitas a sus domicilios a los que eran llevados por personal policial o militar, o mediante cartas manuscritas que enviaban mediante Jorge Sandobal, policía de la Unidad regional de Morón fallecido en el año 2002; a la vez que en algunas ocasiones se los dejaba circular en el lugar de cautiverio sin capucha ni esposas u otros medios de sujeción. Sin embargo advierte el Juez, estas concesiones fueron compensadas por la cruel tortura y la desaparición de cada una de las personas que en su momento tuvo acceso a tales posibilidades.
En su resolución el Juez sostuvo que el área de Inteligencia del Ejército tuvo un rol fundamental, no sólo en el diseño y concreción de los interrogatorios a los detenidos ilegales, sino en la determinación de objetivos; a la vez que el Juez también valoró el significativo aporte del S-3 u Oficial de Operaciones, en tanto el grupo por él comandado se habría abocado a la planificación de operativos, surgidos de la labor de inteligencia.
Rafecas responsabilizó a los seis imputados por la privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos a unas veinte personas que fueron alojadas en el centro clandestino “Sheraton”, y obligadas a realizar tareas para el personal militar, en el Grupo de Artillería nro. 1 de Ciudadela, donde según relatara la desaparecida Ana María Caruso, en una carta dirigida a sus hijas Paula, Andrea y Albertina Carri, habrían asistido los Generales “Vaquero, Jauregui y Martínez”; es decir, tres altos mandos del Estado Mayor del Ejército, hoy fallecidos.
Por el mismo centro clandestino también pasaron otras víctimas como el desaparecido guionista y escritor Héctor Germán Oesterheld, autor de “El Eternauta” (cuya esposa, Elsa, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, acaba de fallecer a los 91 años, debiendo soportar la desaparición, además de su esposo, de sus cuatro hijas y la apropiación ilegal de dos nietos) y el sociólogo y escritor Roberto Eugenio Carri, desaparecido también tras su paso por “Sheraton”.